Yo también sonreí, entre sorprendido y entusiasmado.
No debí pensármelo mucho puesto que baje la ventanilla y sin dejar que desapareciera mi sonrisa, confío que agradable, le saludé al tiempo que le invitaba a tomar una ultima copa.
Con la mirada distraída y mostrando la ingenuidad que seguramente perdió hace años, aceptó y quedamos en pararnos enfrente, el semáforo se había puesto ya en verde aunque ningún coche apremiara detrás.
Me detuve tras ella, baje del coche y me dirigí al suyo. Ella con la ventanilla bajada no había hecho mención de descender. Me miró entre sonrisas tímidas y me dijo:
-Estabas en aquella discoteca, no dejabas de mirarme ¿cierto?
Intente salir de la forma más correcta, y quizá anticuada, que pude imaginar.
-Me resultó imposible no mirar a una chica tan atractiva.
Una nueva sonrisa de timidez se alojo en ella mientras decía.
-No exageres, soy una chica de lo más corriente.
Decidí no mostrarme demasiado adulador, así que cambie de tema.
-Y bien, ¿no vas a salir nunca de ese coche?
-Bueno, ¿donde vamos a ir? – me contestó
-Pues todavía no lo sé, pero dejamos uno de los coches aquí, ¿no?
-Esta bien, cierra el tuyo, yo te llevo – me sorprendió
Cinco minutos después estaba al lado suyo, en aquel BMW azul eléctrico con asientos de cuero y música chill out que mis oídos agradecían sobremanera después del estridente sonido de la discoteca que todavía rebotaba en ellos.
La chica sonreía mucho, hablaba lo suficiente y miraba poco.
Me llevo al mirador del faro y allí estuvimos charlando, dentro del coche primero, apoyados en la barandilla del mirador después. Sus ojos brillaban mientras me contaba que subía con su madre allí cuando era pequeña, al amanecer, y contemplaban como el mar negro se convertía lentamente en un rojo liquido primero, en un dorado manto después, y mientras comenzaban a verse gaviotas volar por el horizonte, como sonrisas del cielo, volvía el mar a ser azul.
No debí pensármelo mucho puesto que baje la ventanilla y sin dejar que desapareciera mi sonrisa, confío que agradable, le saludé al tiempo que le invitaba a tomar una ultima copa.
Con la mirada distraída y mostrando la ingenuidad que seguramente perdió hace años, aceptó y quedamos en pararnos enfrente, el semáforo se había puesto ya en verde aunque ningún coche apremiara detrás.
Me detuve tras ella, baje del coche y me dirigí al suyo. Ella con la ventanilla bajada no había hecho mención de descender. Me miró entre sonrisas tímidas y me dijo:
-Estabas en aquella discoteca, no dejabas de mirarme ¿cierto?
Intente salir de la forma más correcta, y quizá anticuada, que pude imaginar.
-Me resultó imposible no mirar a una chica tan atractiva.
Una nueva sonrisa de timidez se alojo en ella mientras decía.
-No exageres, soy una chica de lo más corriente.
Decidí no mostrarme demasiado adulador, así que cambie de tema.
-Y bien, ¿no vas a salir nunca de ese coche?
-Bueno, ¿donde vamos a ir? – me contestó
-Pues todavía no lo sé, pero dejamos uno de los coches aquí, ¿no?
-Esta bien, cierra el tuyo, yo te llevo – me sorprendió
Cinco minutos después estaba al lado suyo, en aquel BMW azul eléctrico con asientos de cuero y música chill out que mis oídos agradecían sobremanera después del estridente sonido de la discoteca que todavía rebotaba en ellos.
La chica sonreía mucho, hablaba lo suficiente y miraba poco.
Me llevo al mirador del faro y allí estuvimos charlando, dentro del coche primero, apoyados en la barandilla del mirador después. Sus ojos brillaban mientras me contaba que subía con su madre allí cuando era pequeña, al amanecer, y contemplaban como el mar negro se convertía lentamente en un rojo liquido primero, en un dorado manto después, y mientras comenzaban a verse gaviotas volar por el horizonte, como sonrisas del cielo, volvía el mar a ser azul.
Dentro del coche, con la música chill out sonando y el mar otra vez azul, sus besos me recordaban a las gaviotas volar.
13 comentarios:
Me ha encantado, al final ha resultado sensible.
Un besito y buena tarde, no te canses mucho.
Por cierto, a mi me gustaria ir en el coche y encontrarte en un semaforo y.....
La musica acariciandote los oidos y tus sentidos bañados en un mar azul... que tendrán los coches que tantos recuerdos de situaciones le evocan caballero?
p.d.yo sigo recordando Esos ojos negros bajo una fría noche de febrero, el coche también me trae buenos recuerdos.
Mmmm...Baco me voy a dormir pero ha sido un placer leerte antes e imaginar la escena...un faro, gaviotas,chill out... el mar...precioso final el de esos besos.Bona nit ***
Vi la mar, los colores , oí la música, las olas y los latidos de dos corazones unidos, sentí la dulzura de los besos...
¡Siempre es un placer leerte, Baco!
Besos
...por mucho que se proteste....siempre tendrán algo...los coches...
y yo quiero algo....contigo???
;)
Muaaacccc!!!
Galilea, me alegro que te haya gustado.
Y, por cierto, que pasaria si me encuentras en un semaforo? :P
Un beso!!!
Natalia, cuanto tiempo sin verte por aqui, ya se te echaba de menos.
Esos ojos negros, en una fria noche de febrero, dentro de un coche, tiene que ser un excelente recuerdo.
Un beso
Elisabet,a leerme antes de dormir... que interesante ;-)
Un besazo, bona nit.
Cristal, me alegra saber que te he trasmitido el mar Mediterraneo allá tan lejos.
Un beso guapa.
Maricoché, por mucho que se proteste, los coches dan mucho juego, y contigo dentro, seguro que más...
Para cuando ese algo juntos? :P
Un besazo!!!!
Me parece que te has desperdiciado... interpretalo como quieras...
Hola Usuario anónimo, me gustan las criticas, tan dificiles de ver por aqui.
Pero también me gustaría saber más de tu opinión, me gustaría saber que quieres decir con "desperdiciarme".
Si, ya sé que me ofreces que lo interprete yo, pero es una critica tan abierta.
Dime, ¿a que te refieres?
De todas formas, un saludo, y muchas gracias por leerme.
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