martes, abril 05, 2005

Planta Sexta

El sol de mediodía calentaba desde lo alto mientras mis manos jugaban con el contacto del coche, nerviosas, impacientes, entre tanto yo observaba tras el cristal la puerta del centro comercial.
Los minutos pasaban y el frío que dejo el aire acondicionado del coche comenzaba a desaparecer. A lo lejos, la calle parecía arder bajo la brillante luz.
Entonces las puertas de cristal se abrieron y tras un hombre mayor, encorvado y con bastón, apareció ella con su pantalón vaquero ajustado marcando sus caderas y una camiseta verde que dejaba al descubierto los hombros.
Accioné el contacto del coche. El motor tras un leve rugido se puso en marcha y ella comenzó a correr, puse la marcha mientras ella, sonriendo al otro lado del cristal, abría la puerta y entraba. Le eche un vistazo de arriba a abajo, sus pequeños pechos se perdían tras la descocada camiseta verde. Mirándome, me dijo Por fin juntos, y beso con suavidad mis labios, jugando con su lengua entre ellos.
Aceleré el coche y comencé a dejar atrás las derretidas calles.
En cinco minutos, con un tenso silencio, llegue al portal. Salimos del coche, cogió firmemente mi mano y
también en silencio nos dirigimos al portal, abrió el ascensor y entramos en él.
Ella intentaba mantener la mirada en el suelo, la mía sobre sus hombros, nuestras manos agarradas con fuerza. Planta sexta, el ascensor se abrió, caminamos y sacando la llave de su pequeño bolso abrió la puerta.
Pasé tras ella cerrando, el salón era grande, de escasa decoración, sobrio, moderno. Ahora si, sus ojos me miraban, pero seguía el silencio. Aquel beso del coche parecía irrepetible. Nuestras bocas estaban mucho más separadas que el escaso medio metro que aparentaba. Nuestras manos ya desunidas. El silencio se hacia pesado, el calor de la calle había calentado aquella estancia y una gota de sudor recorría mi frente mientras mis ojos seguían clavados en los suyos.
Un paso al frente juntó nuestras respiraciones, notaba el calor que desprendía su cuerpo.
Mis manos se dirigieron al tiempo hacia su rostro que ahora mantenía entre ellas, notando la suavidad de su cuello, de sus hombros, deslizando mis manos hasta llegar a sus pechos por encima de la camiseta verde. A ella que ahora volvía a mirar al suelo se le escapo un leve suspiro cuando mis dedos se detuvieron en sus pezones. Notaba como endurecían bajo su camiseta. Mis manos descendieron hasta su cintura y deslice la camiseta quitándola de en medio. Y allí, con mis manos en su cintura, su torso desnudo, sus pequeños pechos, como dos pequeños montes coronados por oscuros y duros pezones, me detuve a contemplarla. Seguía mirando al suelo, con un aire de inocencia y vergüenza.
Mis labios buscaron los suyos, su mirada se alzo hasta mis ojos, besaba sus labios que me parecían los más suaves que nunca había besado.
Sus manos, ahora, acariciaban mi espalda bajo mi camisa. Mi lengua recorría toda su boca.
Deseaba hacerla mía, sus manos desabrochaban mi camisa, besaba mi pecho desnudo, acariciaba mi ombligo arrodillándose ante mi, bajando el pantalon, deslizando por mis piernas el calzoncillo mientras besaba dulcemente mi polla que crecia y se endurecia.
Agarrandola con una mano la introdujo en su boca. Notaba la humedad de su lengua jugar alrededor de ella.
El sonido del timbre nos paralizó.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas...
¡¡¡Como te he extrañado!!!
Seguís igual de divino... Mmm... No, me equivoco... Hay algo nuevo...
Cada día me gustás más...

Besotes bombón!!!

Jo.-

PD: Acabo de mudarme de ciudad y no puedo leerte tan seguido :(
A propósito... Yo vivo en el 3º piso ;)

maricoché dijo...

Dulce Baco, si tengo que quedarme con alguna planta me quedo una mas arriba, la septima...aunque yo viva mas abajo, jeje
Como siempre delicioso leerte y delicioso perderse contigo en un edificio a ser posible muuuy alto, visitando cada una de las estancias....

Bezitos duuulces

Anónimo dijo...

Muy bien Baco, vamos subiendo pisos, una relato parecido he posteado yó hoy, me gustas mucho.
Un beso.

Elisabeta dijo...

Mmmm ¡qué me derritó leyendote!...Por cierto prefiero las plantas 11,jejeje,no sé pq será...Besitos (inoportuno timbre,mecachis)

Anónimo dijo...

Que putada lo del timbre.... sera ¿otra "casualidad"?.
Por cierto, !yo soy la vecina del quinto! jajaja

Anónimo dijo...

Olvidé decirte que me has puesto a cien por recordar algo parecido que me ha pasado recientemente, uuummm, pero sin timbre jajajaja.

Espero impaciente seguir leyendote y a mi también me gustaria perderme contigo.

besitos

Baco dijo...

Jo., cuanto tiempo!!
Es un placer volver a "verte" por aqui. Espero que en tu nueva ciudad todo vaya genial.

Un besazo guapa!!!

Baco dijo...

Maricoché, asi que tu te quedas con la septima? y eso por qué? :P

Lo que es delicioso es tenerte por aqui, un beso dulce tambien para ti!!

Baco dijo...

Hola Paquilou, ya lei tu relato, un relato muy caliente... lo recomiendo desde aqui.

Un beso!

Baco dijo...

Elisabeta, usted nunca falla eh? y no sabes como me gusta leerte...

Asi que la planta 11? alto apuntas eh? me parece muy bien, quien quiera que suba el manzano, que lo que hay arriba bien vale la pena :P

Un beso guapisima!!

Baco dijo...

Galilea, nueva por aqui no?
pues bienvenida y ojala venga a menudo.

Espero poder "intimar" con la vecinita del quinto :P


Un besazo!!

Baco dijo...

Flo, bienvenida!!!
gracias por tus halagos y vuelve a menudo.

Un beso