miércoles, abril 13, 2005

Sofá color pistacho

Aquel día desperté pronto, tomando un café oía las noticias de televisión española y mis ojos se esforzaban por no retornar al sueño.
Cuando cogí el coche comencé a ponerme nervioso, eran muchos kilómetros y no sabia que me esperaría al final de mi viaje. La música alta, el sol calentando la cabina y la velocidad contribuyeron a calmarme y llevarme lejos de allí, a pensamientos idílicos, a un encuentro inmejorable.
A las tres horas me encontraba en el lugar donde habíamos quedado y todavía faltaban diez minutos para la hora convenida. Cerré los ojos y me sumí en un profundo sopor del que me sacó un leve golpecillo en el cristal, abrí los ojos y allí estaba ella, mucho mejor que en fotos. Una dulce mirada de ojos azules, corto pelo rubio y gruesos labios de un rosa brillante que sonreían.
Rápidamente salí del coche y sonriendo bese sus dos mejillas. Su cuello desprendía un dulce olor fresco que me saco finalmente del estado somnoliento para introducirme en el nerviosismo exagerado. Ella sonreía y me preguntaba si estaba nervioso al tiempo que cogía mis manos y las apretaba fuerte. Yo sin pronunciar palabra seguía mirándola de arriba a abajo.
Sandalias que mostraban sus hermosos pies, pantalón vaquero y una camiseta blanca ceñida era su atuendo.
Pasando el brazo por mi cintura y juntándose a mi hombro me propuso ir a tomar algo.
Caminamos lentamente a lo largo del paseo, con el sol calentándonos, la playa a rebosar y nuestra charla amenizada por ella. Hablaba de la ilusión por conocerme en persona, de los nervios de la espera, de la alegría de verme en el coche... ¡durmiendo!
Pronto todo eso lo oía con una cerveza en la mano, mirándole a los ojos y con una mesa de cristal entre nosotros dos. Todavía no se había calentado la segunda cerveza cuando me propuso subir a su apartamento.
Era un apartamento pequeño, con poca decoración, estantes negros de gruesa madera en paredes extremadamente blancas, parquet oscuro y un largo sofá de color pistacho donde me invito a sentarme.
Hablamos mientras sus manos acariciaban las mías. Pronto sus labios estaban tan cerca de los míos que me vi abocado al beso, el beso de labios carnosos, de lengua sutil y de miradas silenciosas.
Me besaba mientras desabrochaba mi camisa que arrojo a una esquina de la habitación. Besaba mi pecho mientras me tumbaba en el sofá color pistacho y se subía encima mío. Y allí encima, con una de sus piernas a cada lado de mi cintura, con mis manos acariciando su culo, se quitó la camiseta y el sujetador blancos y con sus hermosos pechos al aire descendió por mis piernas desabrochando mi pantalón. Sacando mi, ya dura y grande, polla de la presión de mis calzoncillos.
Y mirándome mientras sonreía y sujetándola con fuerza de la base, comenzó a recorrer la punta suavemente con su lengua, haciendo círculos cada vez más estrechos con sus labios, lamiendo desde la parte inferior, coronándola en la punta.
Cuando se alzo sobre el sillón y deslizo los pantalones por su cadera no dejaba de mirarme. Del pantalón sacó un preservativo que rápidamente me colocó y se sentó sobre ella introduciéndosela de un rápido movimiento. Moviéndose lentamente al principio, sin dejar de mirarme, sin dejar de acariciar con ambas manos mi pecho, sonreía.
También lentamente, incrementaba la velocidad de sus subidas y bajadas, notaba el roce con sus piernas muy juntas, sobre mi pecho, al tiempo que ella movía su culo metiéndola y sacándola toda.
Sus tetas se balanceaban mientras ella me cabalgaba en silencio, sonriendo, eso si.
Recuerdo sus ojos claros ponerse cristalinos encima mío, cuando en silencio, solo por los gemidos, la acelerada respiración, el sudor, la tensión de todos los músculos de su cuerpo, y la contracción bestial de su vagina, mordiéndose el labio inferior, supe que se había corrido.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Habiamos quedado en la estacion del tren, temprano porque queriamos aprovechar toda la mañana y habiamos reservado la habitacion del hotel desde temprano.
Era la primera vez que nos veiamos en persona, siempre habia sido por la pantalla de un ordenador.
Yo estaba tranquila pensando que no vendria, cuando le vi me puse nerviosa, ya no habia marcha atras.
El estaba nervioso por si yo no estaba, cuando me vio se tranquilizo, ya no habia marcha atras.
En el hotel yo creo que se notaba mucho lo que era (el es 15 años mas joven que yo).
Creo que se parece un poco a lo que tu cuentas.
Lo que a continuacion paso, como imagino que no te interesara, lo guardare en mi recuerdo.
Muy bonito lo que escribes y como lo escribes, como siempre.

Un besito de buenos dias de "tu vecinita del quinto".

Elisabeta dijo...

Qué bien describes ese mágico nerviosismo ante un primer y deseado encuentro con alguien a quien hemos conocido en la distancia de un frío pc...me alegra que en esta ocasión ese encuentro fuera tan deliciosamente... pistacho,jeje.Besitos

Anónimo dijo...

Hace muy poco tiempo junté el coraje suficiente, vencí mi timidez y ese temor persistente a ser decepcionada que me impedían "conocer" a quien ya me había cautivado con sus palabras por chat, y acordé una cita con él.
Era la primera vez que conocía a alguno de los que formaban parte de mi mundo "virtual", estaba muy nerviosa...
Lo que sucedió esa noche que nos encontramos no voy a contarlo Baco... Aún guardo cierto pudor en mí... Pudor que espero perder con el paso de los años ;)

Lo que si voy a contarte es que hoy estoy muy feliz de no haberme arrepentido a último momento y faltar a la cita... De hacer eso me hubiese perdido todas las cosas hermosas que hoy vivo con él...
Sé que parte de lo maravilloso de todo esto se debe a mis escasos años vividos, que me hacen seguir soñando como hace poco tiempo atrás, cuando era solo una niña...
Aunque leyendo a mis compañeras bacantes he descubierto que se puede seguir soñando tanto tiempo como uno quiera... Tantos sueños como tiempo por vivir... :D

No sé que va a surgir de todo esto... No tengo idea de que va a pasar...
Pero lo que si sé es quie quiero vivirlo... :D

Te dejo un besote a vos divino... Y besitos a todas las que te leen como yo...

Jo.-

PD: Acabo de darme cuenta de que no dije nada de tu relato. :S
Bueno... no hace falta decirlo, sabés que me encantó como lo hacen siempre...
Ah... Otra cosita... Si algún día se me ocurre conocer al segundo "amigo" por chat... ¿Querrías ser vos? Mirá que para esa altura puedo perder todo el pudor que quieras... ;)

Anónimo dijo...

buen color, para contrastar el carmín intenso del orgasmo.

Un saludo, Baco ;0)

Anónimo dijo...

Baco, de verdad es así?

Baco dijo...

Galilea esa historia promete... y quien ha dicho que no me interesa lo que paso a continuación... :P

Un beso mi vecinita del quinto, me encantó imaginarte en aquella estación.

Baco dijo...

Elisabeta, todos los encuentros tienen algo no? de pistacho o de lo que sea... :P

Un besazo guapa!!

Baco dijo...

Jo. no sabes cuanto me alegra oir que tu encuentro salio tan bien!!!


Un beso de tu segundo "amigo" por chat :P

Baco dijo...

Jorge, que bonito un orgasmo de carmín intenso... yo quiero uno de esos :P


Un abrazo!!

Baco dijo...

Paquilou, cada encuentro es diferente... aquel fue como lo cuento.
Tentador, verdad? :P


Un beso!!!

maricoché dijo...

Usted si que es pura tentación y deseo Sr. Baco...

Baco dijo...

Maricoché... deseo el que usted levanta... ;-)


Un besazo!!!