La playa estaba casi desierta mientras tumbado en la arena apuraba las últimas páginas de un libro que vagaba por lugares que me impedían sentir los rayos de sol oscureciendo mi piel.
Ella, a mi lado, contemplaba el mar de olas espumosas que comenzaban a despertar de la tranquilidad avisando de la lenta subida de la marea.
La brisa comenzaba a refrescar nuestros rostros al tiempo que el sol emprendía un descenso vertiginoso.
Vi en sus piernas doradas un escalofrió y busque su mirada alejada muchos metros de allí. Fumaba mientras se imaginaba, quien sabe, quizá en medio del mar, nadando desnuda, con el agua salada bañando todos los rincones de su cuerpo.
Mi mano se poso en una de sus piernas sacándola de dondequiera que se encontrara y como regalo recibí una sonrisa y el tacto de su mano sobre la mía.
El brillo del atardecer reflejado sobre su rostro desafiaba la belleza del horizonte y sus labios entreabiertos expulsando el humo del cigarrillo me transportaban al cine en blanco y negro.El deseo recorrió mi cuerpo y mis labios buscaron los suyos ahogando su sonrisa en mi boca, haciendo de la playa nuestra alcoba y de la arena nuestras sabanas. Mis manos comenzaron el camino conocido de su piel suave convirtiendo el deseo en necesidad.
Ella, a mi lado, contemplaba el mar de olas espumosas que comenzaban a despertar de la tranquilidad avisando de la lenta subida de la marea.
La brisa comenzaba a refrescar nuestros rostros al tiempo que el sol emprendía un descenso vertiginoso.
Vi en sus piernas doradas un escalofrió y busque su mirada alejada muchos metros de allí. Fumaba mientras se imaginaba, quien sabe, quizá en medio del mar, nadando desnuda, con el agua salada bañando todos los rincones de su cuerpo.
Mi mano se poso en una de sus piernas sacándola de dondequiera que se encontrara y como regalo recibí una sonrisa y el tacto de su mano sobre la mía.
El brillo del atardecer reflejado sobre su rostro desafiaba la belleza del horizonte y sus labios entreabiertos expulsando el humo del cigarrillo me transportaban al cine en blanco y negro.El deseo recorrió mi cuerpo y mis labios buscaron los suyos ahogando su sonrisa en mi boca, haciendo de la playa nuestra alcoba y de la arena nuestras sabanas. Mis manos comenzaron el camino conocido de su piel suave convirtiendo el deseo en necesidad.
13 comentarios:
Mmm Baco,Baco, delicioso el relato.Si cierro los ojos puedo imaginarme ahi sentada mirando el mar en ese atardecer,con tan dulce compañia...Besitos de lunes ^_*
Elisabeta, sabes que nos baña el mismo mar... la dulce compañia sería mia.
Un beso
Gota de tinta me alegro que te guste lo que escribo cada vez más.
Eres un encanto.
Besos.
Alice un amigo me dijo en una ocasion que la vida se mide por momentos.
A mi me gusta recordar esos momentos.
Postdata: ¿Para cuando uno juntos? :P
Florencia ¿sientes la brisa cubrirte de besos? me encanta!!
Dulce Baco!!!
Hay frases, palabras, sensaciones al leerte, que provocan uffff....cerrar los ojos y transportarte a ese lugar; y la forma en que lo dices, y con lo que ello dices....
"mis manos comenzaron el camino conocido de su piel suave..."
Y por supuesto, con el MEDITERRANEO como marco.
Era mi sonrisa la que ahogabas en tu boca, mis labios los que buscabas con los tuyos, y mi pierna la que notó el tacto de tu mano.....
Un beso, dulce Baco.
En un rato estaré en la playa. Supongo que inevitablemente me acordaré de su relato, y ya le contaré si me he tenido que meter en el agua para refrescarme...
Besos húmedos y salados ;)
Maricoché te haces esperar eh?
Me agrada mucho que te guste lo que escribo.
Y bueno, esta vez era en nuestro mediterraneo...
Un beso guapa.
Galilea me ruborizas...
Aún recuerdo tu olor.
Besos
Sonela es un placer saber que recordará usted a Baco en un marco incomparable.
Besos mojados.
La verdad es q es una pena q se terminen las vacaciones. Ahora regresar a la dura rutina y al desapacible invierno.
Anyway siempre nos quedarán los recuerdos y la esperanza de un futuro con momentos tan deliciosos como los q describes.
Un saludo
Elbier Minks para mi las vacaciones no se acaban ¡empiezan!
aún asi, me solidarizo con los que os habeis vuelto al duro trabajo diario.
Un saludo.
Publicar un comentario