Ibamos en el coche, besandonos en cada semaforo, su mano entre mis piernas mientras conducia. Pasamos cerca de un centro comercial, y llego la sugerencia, la acepte, a los cinco minutos estabamos dentro, en una de esas tiendas de ropa interior femenina, una tienda pequeñita, con musica de fondo, llena de dependientas con ropa ajustada que no puedes dejar de mirar.
Dimos una vuelta a la tienda, ojeando las diminutas prendas, los dos estabamos nerviosos, no nos decidiamos, parecia que todo el mundo nos mirara, que todo el mundo supiera lo que ibamos a hacer, que todos nos vieran como unos guarros. Al fin, cogio unas braguitas rosas, con una de esas niñas orientales dibujada en el centro y fuimos a los probadores. Estaban al lado del mostrador de las dependientas, tenia un hall central grande y a cada lado un probador, pasamos al de la izquierda, era grande, una cortina negra hacia de puerta, a un lado un espejo cubria toda la pared, al fondo nada, al otro lado la pared era translucida. Al entrar ella arrojo las braguitas a una esquina, yo la agarre por la cintura, desde atras, y comence lentamente a mordisquear su cuello, lamerlo mientras ella suspiraba, con un brazo rodeando su cintura seguia manteniendola junto a mi para que notara en su culo como iba aumentando el tamaño de mi polla, con el otro desabrochaba su camisa y bajaba su sujetador dejando sus tetas al aire. Mientras yo apretaba sus tetas entre mis dedos y besaba su cuello, ella comenzo a subirse la falda hasta la cintura, se bajo el tanga mas allá de la cadera y dejo que se deslizara por sus piernas. Girando la cabeza para encontrarse conmigo dijo con voz entrecortada, follamé, follamé, follamé...
Dimos una vuelta a la tienda, ojeando las diminutas prendas, los dos estabamos nerviosos, no nos decidiamos, parecia que todo el mundo nos mirara, que todo el mundo supiera lo que ibamos a hacer, que todos nos vieran como unos guarros. Al fin, cogio unas braguitas rosas, con una de esas niñas orientales dibujada en el centro y fuimos a los probadores. Estaban al lado del mostrador de las dependientas, tenia un hall central grande y a cada lado un probador, pasamos al de la izquierda, era grande, una cortina negra hacia de puerta, a un lado un espejo cubria toda la pared, al fondo nada, al otro lado la pared era translucida. Al entrar ella arrojo las braguitas a una esquina, yo la agarre por la cintura, desde atras, y comence lentamente a mordisquear su cuello, lamerlo mientras ella suspiraba, con un brazo rodeando su cintura seguia manteniendola junto a mi para que notara en su culo como iba aumentando el tamaño de mi polla, con el otro desabrochaba su camisa y bajaba su sujetador dejando sus tetas al aire. Mientras yo apretaba sus tetas entre mis dedos y besaba su cuello, ella comenzo a subirse la falda hasta la cintura, se bajo el tanga mas allá de la cadera y dejo que se deslizara por sus piernas. Girando la cabeza para encontrarse conmigo dijo con voz entrecortada, follamé, follamé, follamé...
Comencé a sacarme la polla, estaba dura, caliente, tenia el glande humedo de la excitacion, mientras, ella se habia inclinado hacia el espejo, apoyando las dos manos en él, dejando su culo a la altura perfecta, mostrandose ante mi. Cogi mi polla con una mano mientras la otra me esperaba abriendo su jugoso coño. Cuando noté sus labios besar mi hinchado capullo la cogi de la cintura con las dos manos y lentamente la penetré mirando al espejo, viendo como cerraba los ojos y se mordia los labios para no hacer ruidos que pudieran delatarnos. Empece a acelerar mis movimientos, entraba suavemente llevada por todos los flujos que su coño chorreaba, asi que comence a follarla con bruscos movimientos de cintura mientras miraba en el espejo, podia ver su cara, su cara de placer, y sus tetas, sus tetas balanceandose...